Bus nocturno a las 21.00 (CTM – una empresa estatal, autobuses limpios, con aire acondicionado) vamos a Rissani. Está situado a unos440 km, así que lo mejor es hacer este viaje porla noche. Tarda por lo general aproximadamente 10 horas (billete: 140 dh). Pero es el ramadán, lo que significa que a las dos de la mañana paramos para comer una comida principal del día (o bien de la noche), la que dura má sde una hora.
A Rissani llegamos el jueves 20 de septiembre a las 8.30 por la mañana. Es un punto de transferencia para los hoteles que ofrecen expediciones al desierto. Autobuses del CTM llegan a la parada enfrente de la oficina de la empresa en la plaza principal de la ciudad. (Si alguien elige un bus privado de Fez, entonces llegará a la nueva estación, a medio kilómetro al norte, más allá del arco de triunfo.) Desde aquí vamos a ir a Merzouga, un pueblo situado muy cerca del desierto, o mejor dicho – a una de las aldeas en su alrededor. Salvo que todos ellos usan el nombre Merzouga.
Si uno reserva un hotel de antemano por lo general le ofrecen un servicio de transporte de la ciudad. Nosotros lo hicimos así.
Merzouga – noche en el Sahara
Uno debe saber que hay un montón de los hoteles o albergues que ofrecen viajes del desierto. Todos son similares como dos gotas de agua. Por logeneral, ofrecen tres tipo de expediciones:
-diaria – de ida y vuelta, generalmente con el almuerzo;
-nocturna – se parte antes del anochecer, después del llegar un guía prepara la cena; entonces se puede charlar o dar un paseo; se pasa la noche en una tienda muy grande; regreso en la mañana;
-nocturna – con la visita a una familia nómada beréber; con una cena; regreso en la mañana.
Cuando se va al desierto, se debe estar bien preparado... |
Se puede reservar una expedición al desierto a través de Internet sin ningún problema. Se paga al llegar al hotel; así que es seguro. Hay ue saber que muchos hoteles tienen el mismo ropietario. Así que aunque hemos reservado una expedición en un hotel, nos pueden traer al otro. No te preocupes demasiado por eso, por que los hoteles ofrecen el mismo nivel de los servicios (por supuesto, sin contar los de lujo), por lo que no importa mucho. No debes esperar el fraude, sólo que te lleven adonde en este momento esté más conveniente para ellos.
Nosotros hemos reservado “Auberge Sahara”. Pagamos 300 dh por persona (aproximadamente 100 PLN). El precio incluía: una habitación doble para dos personas, con baño privado, agua caliente, una cena en el desierto y un desayuno en el hotel. En otros hoteles los precios eran más o menos iguales.
Noche del 20 al 20 de septiembre pasamos en el desierto. Es realmente una experiencia inolvidable. Pero la primera y... última vez.
Primero, montando un camello puede impresionar en las fotos, pero después de una hora así no sientes tus “cuatro letras” por lo que tiembla. En el camino hay montones de basura, detrás de nosotros corre un perro hambriento, probablemente espera de que le demos un bocado.
Cuando llegamos al lugar sabemos que valió la pena. Que paz y tranquilidad...
Montando un camello es una experiencia muy romántica...
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Nuestro guía trata de empujarnos otra ruta. Dice que a los bereberes pero nosotros hemos pagado por el viaje por si solos y no queremos cambiar de planes. Al llegar ,mientras prepara la cena el guía intenta dirigir una conversación a las drogas pero de inmediato rechazamos este tema. No muy contento, nos deja con la cena, pregunta si queremos comer al aire libre o más bien en una tienda. ¡Bah! Sólo un tonto no quisiera comer la cena en el desierto bajo las estrellas. No nos hemos derribado los culos en camello para pasar una noche en una tienda...
Después de un cuarto de hora ya no se lo preguntamos. El viento se levanta como si viniera una tormenta de arena. Tan pronto como seamos capaces nos escondimos en la tienda. Esa noche no se nos da sueño. El vienta sopla como loco, arena más fina como harina invade en todas partes. Echamos pestes.
Semi-conscientes esperamos la mañana. Viene con los primeros rayos del sol. Y con ellos vuelve a nosotros un buen humor. El amanecer en el desierto es una experiencia verdaderamente inolvidable. Nos corremos por aquí y por allí, tiramos decenas de fotos, no podemos disfrutar de la vista la cual hasta ahora sólo hemos conocido de las películas. Es difícil creer que la visión tan monótona y uniforme pueda tener tanto magnetismo y dar tanta emoción y paz a la vez.
Sin embargo todo lo bueno llega a su fin. Tenemos que regresar. En la habitación del hotel todo está cubierto por el polvo rojo. ¡Que suciedad! No, no es suciedad sino arena que se parió por todas partes. Nos lavamos tres veces, limpiamos el equipaje. Vamos a limpiar nuestros vestidos de la arena tres días más.
En la mañana (viernes, 21 de septiembre) nos vamos en el camino a Rissani. Aquí, por desgracia, tenemos que pasar alrededor de cinco horas, por que los autobuses van muy rara vez. Estamos caminando sin rumbo fijo. Es ciudad con edificios feos, de color rosa sucia. Justo a los límites de la ciudad hay un vertedero de basura. Además, basura está por todas partes. Conseguimos de encontrar un restaurante decente. Resulta que el dueño ha trabajado muchos año sen España. Esto se puede ver en la decoración, comida, baño (tipo europeo, con una cáscara), la ausencia de hostilidad hacia los turistas blancos que quieren necesariamente comer algo...
Es increíble cuanta belleza está enunas colinas de arena...
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Tinghir
Enla tarde abordaremos el bus a Tinghir. Esta pequeña ciudad es un buen punto de partida para excursiones a las montañas o paseos en bicicleta. Eso no nos interesa, la tratamos sólo como un punto de tránsito. El autobús pertenece a una empresa privada, sin aire acondicionado, probablemente más viejo que los más viejos habitantes de Rissani. No sabemos si es mejor orar por un final feliz del viaje o si debemos cerrar los ojos para no ver las curvas en las montañas del Atlas, o más bien viajar con los ojos abiertos para disfrutar vistas impresionantes. El viaje tarda aproximadamente 4 horas (billete: 45 dh). De vez en cuando un joven – ayudante delc onductor vierte agua en el radiador. Oramos para que nada se encienda para que lleguemos seguros. Nuestras oraciones están escuchadas. El autobús para a 200 metros antes de la parada final, pero hemos llegado a la ciudad.
Tinghir es una ciudad pequeña donde no hay nada por hacer; sólo el centro con un gran parque y un mercado. Hay también algunos restaurantes y cafés. Preguntamos al recepcionista del nuestro hotel si hay alguna posibilidad de tomar una cerveza en este lugar. Sacude la cabeza y dice que va aser difícil, pero... va a buscar. Regresa después de unos minutos con dos botellas pequeñas. Pide alrededor de 10 PLN por una. En cuanto a la moneda local es un timo total pero no podemos resistir. ¡Como lo necesitábamos!
Al paseo por la noche en la ciudad nos encuentra un tipo, nos pregunta por nuestra lengua extraña (es decir, el polaco). Hablamos un rato de su trabaj oen España ,su familia en Marruecos, nos ofrece que tomemos té en un local cercano. No sabemos de dónde, pero en este momento vienen sus amigos, dispuestos a escuchar las cosas sobre Polonia. Despué sde media hora se van y nuestro amigo nuevo nos propone ver el antiguo barrio judío.
Sospechamos un truco pero no tenemos nada más interesante para hacer. Entramos en unas callejuelas oscuras y húmedas, muy cerca del centro, no hay nada de que preocuparnos.
Nuestro guía propone que entremos en una de las casas donde las mujeres locales producen alfombras, tapetes y tal cosas. No estamos interesados pero finalmente sucumbimos. Subimos al primer piso. na mujer teje una pequeña alfombra, una docena de otras, ya hechas, se encuentran en el suelo. Nos muestra como se las produce, y e lnuestro guía traduce de ltamazight (un nombre común de los dialectos bereberes usados por la gente en Marruecos, aparte del francés y árabe).
Después de un rato se comienza lo que temíamos: un intento de presión para que compremos una alfombra. Por supuesto, la primera pregunta es: ¿te gusta?
-Sí, hermosas estas alfombras.
-Te gustaría tener una en casa?
-No, la decoración de mi casa es diferente.
-Tenemos una gran selección. Mira, tal vez esta, tal vez aquella...
-No, no qiuero comprar nada. Además, ¿como traerla?
-Te la vamos a mandar.
Impacientes, decimos que no vamos a comprar nada. Eso termina nuestra visita. Inmediatamente después de salir del edificio nuestro guía se va y con él una amistad en ciernes...
Al día siguiente, sábado 22 de septiembre, por la mañana viajamos a Marrakech (CTM, billete:100 dh).
Marruecos (2007), parte 3: Marrakech
Marruecos (2007), parte 4: El-Yadida, Rabat, Tánger
Más:
Marruecos (2007), parte 1: FezMarruecos (2007), parte 3: Marrakech
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